El equipo de calle realiza visitas a las calles de la capital, creando confianza en las relaciones con la población que vive en la calle.
Nuestro enfoque es ayudarles a buscar opciones para salir de la misma y por eso tratamos de no darles servicios y cosas para mantenerlos en calle. Pero somos realistas y sabemos que algunos no van a salir de este estilo de vida, entonces para ellos exploramos cómo mantenerlos vivos y demostrar el amor de Dios hacia ellos.
Las niñas, niños, adolescentes y jóvenes en situación de calle son un grupo de personas invisibilidades para la sociedad en general, pero principalmente por los gobiernos en turno quienes hacen poco o nada por esta población.
El trabajo de calle es una experiencia difícil, pero muy gratificante que se puede definir como la práctica profesional de la pedagogía social. En lugar de verse como una actividad o proceso que tiene lugar en las estructuras educativas tradicionales, el trabajo de calle es sobre relaciones personales y sociales en su corazón. Esto "depende en gran medida del carácter y la integridad del educador y su capacidad para reflexionar y accionar " (Infed.org).
La naturaleza relacional del trabajo de calle no es una actividad individualista, sino más bien siempre está tratando de ser auténtica en explorar, disfrutar y beneficiarse de la vida en el contexto de los demás.
La relación entre el niño de la calle y el trabajador de la calle es todo ", porque el crecimiento personal, el desarrollo y el aprendizaje sobre los valores humanos son tareas humanas que sólo se pueden hacer dentro de una relación" (Kleinig, 1982: 253, en El arte del trabajo juvenil).
Definir qué es un niño de la calle siempre ha sido un tema muy debatido por muchas organizaciones, pero una definición útil de un niño de la calle es sugerida por Susanna Agnelli, quien escribió uno de los primeros informes sobre la creciente tragedia urbana de los niños que viven en las calles. Su definición dice: "un niño de la calle o niños de la calle es un menor de edad para quien la calle (en el sentido amplio de la palabra, incluyendo viviendas desocupadas, sitios baldíos, etc.) se ha convertido en su residencia habitual, y que está sin protección".
Cualquier definición tiene sus limitaciones y los debates más recientes en torno al tema han dado como resultado el término niños de ó en conexión con la calle y niños en alto riesgo (es decir los que están en alto riesgo de convertirse en niños que dependen de la calle para su subsistencia). Sin embargo, está definido, que los niños y jóvenes que viven en la calle son una señal de que la sociedad está enferma y su abandono visible debe dar lugar a políticas y servicios que realmente les ayuden a reintegrarse y beneficiarse de la sociedad en general.
En el corazón del trabajo de calle está la calidad de una relación de confianza, basada en la aceptación mutua y la paridad, entre el trabajador de la calle y el niño o joven.
Muchos niños conectados y jóvenes en conexión con las calles tienen todas las razones para no confiar en los adultos - por lo tanto, los testimonios de los niños de la calle y de educadores de calle resuenan fuertemente. La importancia de las "relaciones de confianza basadas" en los jóvenes y la forma en que trabajan con niños de la calle de "construir la autoestima y desarrollar habilidades clave" contribuye a permitir su participación en la vida social (Dynamo: Guía Internacional de Trabajo Calle 2008).